La presión crecía ayer para que hubiera una respuesta coordinada, tras el terremoto que sacudió a Haití el fin de semana, en un momento en que se siguen recuperando cuerpos entre los escombros y los heridos continúan arribando desde zonas remotas en busca de atención médica. La ayuda llegaba lentamente para asistir a los miles de haitianos que están sin hogar.
Multitudes enojadas se congregaron en edificios desplomados, exigiendo carpas para montar refugios temporales, los cuales son muy necesarios, luego de que la tormenta tropical Grace provocó fuertes lluvias el lunes y martes, agravando la miseria en la nación caribeña.
Una de las primeras entregas de comida por parte de las autoridades locales —un par de decenas de cajas de arroz y paquetes de alimentos previamente medidos y empaquetados— llegó a un campamento instalado en una de las zonas más pobres de Los Cayos, donde la mayoría de las viviendas de un piso, hechas con bloques de hormigón y techos de hojalata, resultaron dañadas o fueron destruidas por el sismo de 7.2 grados.
Sin embargo, el cargamento fue insuficiente para los cientos de personas que llevan cinco días viviendo en tiendas de campaña y carpas.
Con información de EL HERALDO.