Su nombre es Mawlawi Hibatullah Akhundzada y el 25 de mayo de 2016 fue nombrado comandante supremo del régimen talibán.
El último comandante talibán es el tercero en la línea de los líderes del régimen tras la muerte del fundador Mohammed Omar quien falleció por una enfermedad en 2013 y tras el asesinato de Akhtar Mansour a manos de un ataque estadounidense en 2016.
Akhundzada es un clérigo muy respetado dentro de la organización talibán y es uno de los fundadores del radical grupo islámico. Fue parte de la resistencia islamista contra la intervención militar de la Unión Soviética en Afganistán en la década de 1980.
Hibatullah Akhundzada es mayormente reconocido por su reputación como líder religioso que como comandante militar. Trabajó como jefe de los Tribunales de la Sharía (ley islámica) en la década de 1990 y fue el jefe judicial de el Talibán después de su derrocamiento en 2001 perpetrado por Estados Unidos.
Se estima que Hibatullah Akhundzada tiene entre 52 y 60 años de edad y es originario de la provincia de Kandahar al sur de Afganistán, uno de los bastiones talibanes.
Expertos en el tema creen que el comandante supremo de los talibanes tiene vínculos cercanos con Quetta Shura, la organización talibán de líderes militares veteranos afganos que aseguran tener su base en la ciudad paquistaní de Quetta.
El líder talibán busca establecer un sistema islámico, paz y seguridad.
El líder de los talibanes reiteró el domingo que está «decididamente a favor de una solución política» en Afganistán más allá «del avance y las victorias militares» de sus tropas en los dos últimos meses.
«En vez de contar con los extranjeros, resolvamos nuestros problemas entre nosotros y salvemos a la patria de la crisis» actual, declaró Hibatullah Akhundzada en ocasión del día musulmán del Eid al Adha (celebración del sacrificio).
«Cada oportunidad para el establecimiento de un sistema islámico, paz y seguridad que se presente será usada por el Emirato Islámico», agregó.
Con información de EL HERALDO.