Definitivamente no va a ser la última vez que estos dos peleen uno contra otro. Nadie quiere causar un accidente por supuesto, pero esos dos no le van a dar nada al otro», asegura Ralf Schumacher, que pone voz a lo que piensa toda la F1, que no hay forma de que Lewis Hamilton y Max Verstappen no repitan lo ocurrido en Monza o en Silverstone, en mayor o menor medida, con igual o distinto impacto e intensidad.
«Deberán encontrar la manera de competir entre ellos para no tener ocho incidentes en las últimas ocho carreras del año», añade Toto Wolff, sobre todo porque en Monza, las dos veces que se cruzaron, en la vuelta 1 y en la 26, Hamilton acabó fuera de la pista.
«Tengo que pensarlo», fue lo que dijo Hamilton a si merecería la pena una charla entre ambos para aflojar algo el nudo. «Cosas como ésta seguirán pasando hasta que no aprendamos de lo que pasa en la pista. Cuando sales impune de este tipo de cosas, seguirán haciéndose», reflexionó el inglés, que marcha cinco puntos por debajo de Max.
«Ambos podrían haber evitado el contacto. Es la enésima consecuencia de un duelo entre pilotos que no quieren rendirse, de dos gallos en el gallinero. Tengo curiosidad por ver qué impacto tendrá en el resto de la temporada porque no creo que nadie se rinda y veremos más batallas, pero espero que el Mundial no se decida contra las barreras o en los despachos», valora Ross Brawn, jefe deportivo de la Fórmula 1, al que le preocupa que se terminen haciendo más daño, aunque sabe que el incremento del interés sube exponencialmente con esta lucha. «Son dos grandes, igualados a tope, perfecto para los fans», redondea Ralf.
Jackie Stewart, tricampeón y aún habitual en el paddock, insiste en buscar un punto de entendimiento entre ambos. «Tanto lo de Silverstone como lo de Monza creo que se podría haber evitado», dijo ayer el veterano campeón escocés. «Cualquiera habría podido saltar por los aires, terminar boca abajo, podría haber sido una situación muy seria, ambos tienen que aceptar su responsabilidad en el accidente», señala. Un accidente que la FIAva a volver a revisar, pero más por la preocupación de ver un F1 volar sobre otro. Aunque no piensan retocar la chicane.
«Es un Prost y Senna y ahora depende de la FIA trazar la línea», añade el holandés Christijan Albers, que pide que sean los comisarios los que metan mano, que apliquen más severamente lo que ya está en el reglamento, que parece será la vía ideal. «Tampoco me parece que es como Senna y Prost. Su rivalidad fue mucho más allá del límite, hacia el odio y la voluntad de jugar sucio. ¿Es así con Lewis y Max? No. Espero ver más batallas que no terminen en la pared, aunque probablemente vuelva a suceder», acaba el campeón Jacques Villeneuve.
MARCA CLARO