Con el alza de decesos, la tragedia desatada el 15 de febrero se convirtió en la más mortífera de la historia de esta urbe del estado de Rio de Janeiro.
Los rescatistas y los habitantes con familiares desaparecidos continuaban excavando entre montañas de lodo y escombros en esta localidad del sureste del país, en un escenario que el presidente Jair Bolsonaro describió el viernes como “casi de guerra”.
Las autoridades han reconocido que es poco probable que se encuentren más sobrevivientes.
El número de desaparecidos disminuye a medida que se identifican los cuerpos recuperados y las familias logran encontrar a parientes sanos y salvos a quienes temían perdidos en el caos que siguió a la tormenta y al alud, explicó la policía.
Hasta el momento se han identificado 124 cuerpos, incluidos 28 niños, dijeron.
El papa Francisco envió un mensaje de condolencias el domingo después de la oración del Ángelus en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
UNO TV