Clonar especies como la oveja Dolly -en 1996- o cerdos, cabras, ratones, caballos y hasta perros, tiene una enorme distancia para llevarlo a cabo con primates -el grupo de mamíferos que compartimos con los monos-, porque tienen una estructura genética complicada que se necesita replicar con exactitud para lograrlo con éxito, señaló el investigador del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, Diego Claudio Cortez Quezada.
Al referirse en entrevista a las investigaciones del grupo de trabajo liderado por Qiang Sun, del Centro de Excelencia en Ciencias del Cerebro y Tecnología de la Inteligencia, en Shanghai, comentó que ese equipo lleva varios años de trabajo en el procedimiento; sin embargo, los primeros experimentos no funcionaban en primates, básicamente por dos aspectos:
El primero es que cuando se tiene el material genético del óvulo tiene ciertos genes que vienen encendidos y otros apagados, en una preprogramación llamada “imprinting”, lo cual significa que ciertas cosas están programadas por parte del material genético de la madre.
“Esta preprogramación del óvulo se debe repetir de forma idéntica, con el encendido y apagado de ciertos genes, pues va a generar un nuevo desarrollo embrionario, lo cual es bastante complejo de lograr”, precisó.
El segundo obstáculo, prosiguió, es reducir la cantidad de células iniciales que se utilizan en el proceso, pues actualmente se emplean cientos y se implantan decenas para lograr un solo individuo clonado.
Cortez Quezada detalló que los chinos mejoraron su técnica y en 2018 obtuvieron 113 embriones, de los cuales transfirieron 79 a 21 hembras y lograron seis gestaciones de las que consiguieron dos macacos hembra, llamadas Zhong Zhong y Hua Hua, pues la palabra “zhonghua” significa “nación china”.
En el estudio, publicado recientemente en la revista Nature Communications, reportaron que fueron 113 embriones, de ellos transfirieron 11 a siete hembras, lograron dos gestaciones y el nacimiento de un macaco rhesus macho, llamado Retro, el cual ha sobrevivido bien durante más de dos años.
El científico comentó que la nueva técnica consiste en tener dos células parecidas: en una concretan el reemplazo del material genético a la otra célula, que trae toda la maquinaria con marcas epigenéticas. “Mezclan estas dos células y logran mantener la naturaleza de la preprogramación”.
Aunque aún hay muchos problemas, aclaró, la mejora consiste en que en vez de partir de 400 embriones, ahora lo hacen de 113, lo que favorece la implantación; no obstante, los resultados son muy bajos pues solo se logró un nacimiento.
Para Cortez Quezada existen dos hallazgos en el estudio chino: entender por qué las clonaciones no funcionaban en primates -lo que se debe a la complejidad de la preprogramación que no se lograba repetir-, así como mejorar la técnica para reducir el número de clonaciones iniciales y conseguir el desarrollo completo y en buen estado.
El investigador universitario consideró que aún estamos lejos de clonar seres humanos. Creo que no se debería hacer, es inaceptable y antiética. “Más allá de las habilidades técnicas y científicas que se logren desarrollar en los próximos años, es una cuestión ética sobre qué queremos como humanidad”.
“No me queda muy claro cuál sería el beneficio para la humanidad, más allá de esta idea de mucha gente de vivir para siempre, lo que es increíblemente egoísta y una idea que deberíamos desechar completamente”, opinó.
En cambio, existen grandes riesgos como producir personas que serían sujetos de derechos humanos y no pueden ser tratados como si no fueran humanos, estimó.
Otro ámbito es la medicina genómica que permite ediciones de los genomas, pero en casos específicos que desarrollarán una enfermedad y está muy bien regulada.