El líder del grupo extremista Proud Boys fue sentenciado este lunes a más de cinco meses de prisión por quemar una pancarta del movimiento Black Lives Matter que fue arrancada de una iglesia histórica de fieles de raza negra en el centro de Washington y por llevar dos cargadores de arma de fuego de alta capacidad a la capital del país días antes de los disturbios del 6 de enero.
Enrique Tarrio dijo a la corte que estaba arrepentido «profusamente» por sus acciones, las que catalogó como un «error grave».
«Lo que hice estuvo mal», afirmó Tarrio durante una audiencia realizada a través de una videoconferencia.
Tarrio fue arrestado a su llegada a Washington dos días antes de que miles de partidarios del entonces Presidente Donald Trump, entre ellos integrantes de los Proud Boys, entraran en el Capitolio federal e interrumpieran la certificación del voto del Colegio Electoral.
A Tarrio se le ordenó mantenerse alejado de Washington, y elementos del orden público dijeron posteriormente que Tarrio fue detenido en parte para ayudar a sofocar cualquier acto potencial de violencia.
Las autoridades indicaron que los integrantes de Proud Boys robaron la pancarta con el hashtag #BLACKLIVESMATTER de la Iglesia Metodista Unida Asbury el 12 de diciembre y luego le prendieron fuego.
Tarrio publicó en su cuenta de Parler una fotografía de sí mismo sosteniendo un encendedor apagado y días después admitió en una entrevista con The Washington Post que él se sumó a la quema de la pancarta.
La reverenda Lanther Mills, pastora sénior de la iglesia, dijo al juez que se trató de un «acto de intimidación y racismo» que causó «daño inconmensurable y posiblemente irreparable» a la comunidad.
«Su acto negligente de violencia y odio, dirigido contra una congregación de individuos que han vivido una historia de injusticia social y racial, tuvo el efecto presumiblemente deseado», sostuvo.
Cuando la Policía detuvo a Tarrio el 4 de enero por una orden de arresto por el vandalismo de la pancarta, los agentes encontraron en su bolsa dos cargadores vacíos con el logotipo de los Proud Boys. Tarrio dijo, según un informe policial, que vende los cargadores y que los que llevaba los había comprado un cliente.
Tarrio se declaró culpable el mes pasado de destrucción de propiedad y de intento de posesión de un dispositivo de alimentación de munición de gran capacidad.
Con información de GRUPO REFORMA.