Por: Pamela Esparza
En la Casa de la Caridad Hogar del Migrante en San Luis Potosí han nacido dos bebés, uno tiene el mes de vida y el más reciente apenas 3 días, sus madres son originarias de Haití y han hecho una pausa en el camino para refugiarse en este albergue junto a casi doscientas personas en situación de movilidad.
En total habitan unas 180 personas, debido a la pandemia por covid no pueden aceptar el ingreso de más; de los cuales 70 son niños, niñas de entre 0 y 8 años de edad y adolescentes. Pero afuera del edificio pernoctan a la intemperie otras decenas más, a quienes también proporcionan alimento, por día se sirven hasta mil platos de comida.
Los bebés potosinos, de ascendencia haitiana fueron recibidos y atendidos en primera instancia en el Hospital del Niño y la Mujer, hoy se desconoce su suerte ya que para que su padre o madre obtengan la residencia en la entidad potosina, deben realizar diversos trámites que cuestan y tardan.
Para la psicóloga de la Casa del Migrante Jackeline Villegas Solalinde, la percepción que tienen los niños y niñas es una condición de “niños viajeros”, sin profundizar o tomar consciencia de su situación real; pero hay casos especiales como un pequeño haitiano que habla 4 idiomas (inglés, portugués, criollo haitiano, español) con un coeficiente intelectual elevado.
“La mayoría de ellos se desenvuelve muy bien, de hecho la mayoría de ellos hablan dos idiomas: el criollo haitiano y el español, no todos están conscientes de lo que está pasando, al final es un comportamiento como niño viajero sin ser migrante, como ‘estoy conociendo otros lados’, pero hay algunos más grandes que se dan cuenta de la situación, aunque no hablan desde el sufrimiento, pero sí extrañan su país y cómo vivían”.
El idioma ha sido la principal barrera, además de arribar a esta zona neutral con actitud defensiva debido a la xenofobia de la que han sido víctimas, no solo por sus características físicas, sino por el prejuicio en plena pandemia de clasificarlos con un riesgo de contagio. Hasta ahora ninguna persona migrante se ha contagiado.
En este albergue, están separadas las áreas de quienes solo van de paso y quienes han permanecido por varios días, en todos los casos deben pasar antes por un filtro sanitario y túnel desinfectante.
Kendy Dacius atiende el filtro anticovid, huyó del país caribeño y no pretende regresar nunca, se ha quedado por un tiempo en San Luis Potosí al menos hasta que se “calmen” las redadas en la frontera, “entrar a México fue difícil, lo duro que sufrí fue en Tapachula, me robaron la mochila, llegué aquí sin nada”.
Habitan árabes, africanos, hondureños, el tránsito no ha disminuido aun con la amenaza del covid, la coordinadora de la Casa del Migrante Geraldine Estrada, han reducido el voluntariado para evitar contagios pero están abiertos a incluir a personal médico para atender a la población migrante.
“Están en un limbo, mientras el Instituto Nacional de Migración no nos dé pautas, ellos también están rebasados comprendo, pero tenemos que ir regularizando a estas familias, el permiso que se les está dando es de 30 días en el estado y no pueden continuar salvo las personas que tienen condición de refugiado o protección internacional, ellos sí, su respuesta se las dan las autoridades federales y esperan 40 días hábiles… pero ¿mientras?”.
El llamado permanente a la ciudadanía es para que puedan acercarse a donar desde ropa interior, desechables, bolsas para basura, leche en polvo, juguetes, principalmente.